Haciendo oración con los salmos.
Cuarta semana de adviento. Salmo 80
Para comprender el salmo
- Este salmo es del género de las lamentaciones: expresa las quejas y lamentos del pueblo ante las dificultades que se están viviendo.
- Es muy probable que el salmo fuera progresivamente reelaborado, haciendo referencia a distintas situaciones de dificultad, conflictos bélicos e invasiones de distintos pueblos.
- El orante hace una relectura de todo lo vivido, proclama que todo ha estado conducido por la providencia de Dios y que su deseo era que el pueblo pudiera disfrutar de “una viña”, icono de la riqueza y de la alegría; y que la situación actual solo se explica desde el uso incorrecto de la libertad humana.
- En medio de ese repaso una antífona resuena de manera reiterativa: “Restáuranos, que brille tu rostro y nos salve”. Con esta confesión de fe, la esperanza se dirige hacia el Dios y la alianza establecida con Él como la verdadera fuente de la paz y la plenitud para el pueblo.
- El salmo es sugerido en el cuarto domingo de adviento del ciclo c, como expresión del anhelo de poder participar de la revelación de Dios. También como confesión de fe en que la Navidad es la celebración de que Dios ha manifestado su salvación y ha cumplido su Palabra en el nacimiento del Hijo.
Salmo 80
1 Del maestro de coro. Según la melodía: « Lirios es el
dictamen. » De Asaf. Salmo.
2 Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como un rebaño;
tú que estás sentado entre querubes, resplandece
3 ante Efraím, Benjamín y Manasés;
¡despierta tu poderío, y ven en nuestro auxilio!
4 ¡Oh Dios, haznos volver,
y que brille tu rostro, para que seamos salvos!
5 ¿Hasta cuándo, oh Yahveh Dios Sebaot,
estarás airado contra la plegaria de tu pueblo?
6 Les das a comer un pan de llanto
les haces beber lágrimas al triple;
7 habladuría nos haces de nuestros convecinos,
y nuestros enemigos se burlan de nosotros.
8 ¡Oh Dios Sebaot, haznos volver,
y brille tu rostro, para que seamos salvos!
9 Una viña de Egipto arrancaste,
expulsaste naciones para plantarla a ella,
10 le preparaste el suelo,
y echó raíces y llenó la tierra.
11 Su sombra cubría las montañas,
sus pámpanos los cedros de Dios;
12 extendía sus sarmientos hasta el mar,
hasta el Río sus renuevos.
13 ¿Por qué has hecho brecha en sus tapias,
para que todo el que pasa por el camino la vendimie,
14 el jabalí salvaje la devaste,
y la pele el ganado de los campos?
15 ¡Oh Dios Sebaot, vuélvete ya,
desde los cielos mira y ve, visita a esta viña,
16 cuídala, a ella, la que plantó tu diestra!
17 ¡Los que fuego le prendieron, cual basura,
a la amenaza de tu faz perezcan!
18 Esté tu mano sobre el hombre de tu diestra,
sobre el hijo de Adán que para ti fortaleciste.
19 Ya no volveremos a apartarnos de ti;
nos darás vida y tu nombre invocaremos.
20 ¡Oh Yahveh, Dios Sebaot, haznos volver,
y que brille tu rostro, para que seamos salvos!
Para hacer oración con el salmo
- El poema invita a poner palabra a todas las oscuridades que estamos viviendo en este momento. Estas pueden proceder de las desgracias que nos ha tocado acoger. También de los errores cometidos que invitan a una valiente oración de arrepentimiento. También a acoger las oscuridades de nuestras personas cercanas o de los pueblos que viven en guerra, en penurias, como migrantes…
- Sobre estas oscuridades, el salmo invita a meditar en los momentos vividos en los que Dios se mostró como pastor, en los que se ofreció como regalo de una viña que regalaba riquezas y alegrías…
- Desde estas certezas, se puede meditar ahora en la luz necesaria en el momento actual. ¿A qué tendríamos que volver? ¿cuáles son las armonías perdidas? ¿qué transformaciones, conversiones, deberíamos afrontar?
- Es momento de dejarnos llevar por el salmo y su propuesta de oración. Hacer nuestra la antífona que se repite de manera insistente: “Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve”. Las Navidades nos invitan a sentir que el Hijo es el esfuerzo de Dios por restaurarnos. Es el camino, la verdad y la vida que nos permite alcanzar la salvación.
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